Bendita holgazanería

Ya había platicado antes del lugar donde vivo. Es una ciudad más o menos importante al norte en Gringolandia. La importancia de esta ciudad radica en que una de las universidades mas importantes de la zona se encuentra aquí y es justo donde vivimos, en el corazón de esa universidad. Debido a eso, tengo acceso a observar de cerca a la población de universitarios que año tras año llegan en manada a inundar los salones de clases y por ende, las calles.


Aquí nomás sale un poco el sol a mediados (a veces finales) de la primavera y ya ves encuerados y encueradas corriendo por las calles, con su ipod y su cuentapasos, a veces con su perro u otro sudado trotando a su lado. No ves uno, ni dos, para donde voltees, hay alguien corriendo en paños menores.


Una cosa es de notar, es que solo son güeros (AKA gringos nativos) los que hacen ese tipo de actividades; nadie que tenga cara de extranjero lo hace, ni siquiera los morenos (AKA en Mexico como negritos) mucho menos verás un mexicano corriendo sin otro afán que ejercitar sus entumidos musculitos. Aunque eso de "otro afán que ejercitar..." es cuestionable. Se pasean en cueros en parte para que el sol haga su trabajo y le de un poco de color a su lechosienta piel, aunque sea rojo camarón. Además, la cantidad de ropa es inversamente proporcional a las posibilidades de tener compañía por la noche.

Neta, en ocasiones es irritante ver tanta gente "saludable" por todas partes, te dan hasta ganas de pisarle al acelerador, nomás a ver qué pasa. Qué no tienen tele? computadora? alguien/algo con quién entretenerse????


Así, asociando ideas, me pongo a pensar: Por qué los gringos se ponen gordos?? Bueno, viendo la forma en la que se ejercitan como caballos de carreras cuando estan cursando el "College" y comparándolo después con la vida sedentaria que llevan al casarse, arrejuntarse y/o divorciarse, aunado a las grandes cantidades de comida (deja tú, lo saludable) que consumen la respuesta es obvia.

Sigo pensando y llego a una idea que me hace relajar la pierna sobre el acelerador, mi estómago deja de producir ácido, mi hígado bilis y hace aparecer una sonrisa en mi cara: si yo hubiera nacido gringa o si por alguna extraña razón mi vanidad me hubiera motivado a querer ponerme más buena cuando estaba en la universidad, ahorita pesaría como 80kg, en cambio, gracias a mi holgazanería, puedo conducir un carro compacto sin preocuparme de quedarme atorada.